Tiene 31 años y juega como defensor en Excursionistas, el modesto club del Bajo Belgrano que esta noche jugará ante Boca, por la Copa Argentina, el partido más importante de su historia. Darío Carpintero trabaja en una empresa recolectora de residuos y sueña con vencer al equipo de Carlos Bianchi.
Penúltimo en la Primera C, la cuarta categoría para los clubes directamente afiliados a la AFA, "excursio" viene de derrotar, por penales, a Gimnasia de La Plata.
Con un plantel semiprofesional, muchos de sus futbolistas pasan la mitad del día buscando equilibrar las finanzas familiares. Desde hace seis años, Carpintero se reparte entre los entrenamientos y las recorridas con el camión.
"A la mañana me entreno y por la tarde trabajo como recolector de residuos. Es una rutina que te desgasta, pero ya me acostumbré. El horario es de una a siete de la tarde. Salgo de la práctica, me cambio rápido y arranco con el recorrido. Almuerzo un sandwich de fiambre en algún almacén y empiezo a laburar. A veces, ni siquiera llego a comer", le contó el marcador central al diario deportivo "Olé".
"Soy cargador. Levanto las bolsas de basura de la calle y las tiro en el camión. Corro como loco en todos lados: adentro y afuera de la cancha, je. Te saca piernas y es cansador, pero me la banco por amor al fútbol. Sobre todo sabiendo que voy a tener a Boca enfrente", relata Carpintero los esfuerzos que hace para perseguir el sueño de ser futbolista.
Confiado, Carpintero cree que la presión será de los "xeneizes", que encima no vienen finos ni en el torneo ni en la Libertadores. "Nosotros no lo vemos como un milagro, eh... Santamarina y Merlo lo llevaron a penales. ¿Por qué nosotros no? Ven la posición en la tabla y dicen que la tienen fácil. Ojo, así fue antes de jugar con Gimnasia...", sintetizó el jugador que deberá pelear ante estrellas como Nicolás Blandi o Lucas Viatri.
Desde el vamos, parece imposible. Pero la Copa Argentina les permite soñar. LA GACETA